LA AUTOEDUCACION MEDIANTE EL ARTE Christian Pieter van der Ree y Rudolf Steiner

Puedo estar dentro de mi garganta
como en el cáliz de una flor
dentro de tu voz o de esta imagen.
Caverna luciente con diamantes de silencio
como esa mirada cálida
que cuando calla, todo lo dice.

Cristina Álvarez Puerto

Nacho Mur me envió este artículo La autoeducación mediante el arte, escrito por Christiane Haid Pierter van der Ree. Se concentran en él temas esenciales y recurrentes de nuestra mirada y proceso en relación a la expresión artística: el autoconocimiento, la puesta en acción del movimiento del alma, el intercambio de experiencias entre el interior y el exterior a través de la alquimia artística, la presencia de espíritu … Volver a recomendar la relación con la obra de Nacho. Podéis visitar su web  https://nachomur.net

La autoeducación mediante el arte

El arte emociona, alimenta e inspira a las personas: puede hacer visible lo suprasensible. Media entre lo sensual, lo anímico y lo espiritual, de forma viva, y crea un espacio libre, no ligado a las condiciones de la vida cotidiana.Al principio del proceso artístico, que pone en relación los tres ámbitos del mundo material, anímico y espiritual, está la intuición del artista. Una intuición que ha vivido en su alma durante mucho tiempo y aparece de forma sorprendente como una especie de inicio.

Los recursos artísticos, como el color, el sonido, la palabra y el movimiento, necesitan ser captados y moldeados para que las experiencias anímicas y espirituales se vuelvan visibles en la materia. Entre el impulso que vive en el interior y el encuentro con los recursos artísticos está el abismo de lo aún no realizado. Para superarlo, se requiere valor, voluntad y entrega a algo cuya aparición no se puede forzar y cuya forma de aparición siempre es una especie de milagro, adivinable pero imposible de prever. El arte es, pues, la disciplina en la que reside el potencial de futuro para todos los ámbitos de la vida, porque nos permite ejercitarnos en el encuentro con lo incierto y lo no creado. Es lo contrario de la previsibilidad y la planificación; todo lo fijo y premeditado supone un freno para su realización lúdica y su llegada del cielo a la tierra.

Dar vida a las artes

Rudolf Steiner dio una gran cantidad de indicaciones prácticas para el desarrollo de las artes, en particular sobre la conexión entre el arte y la autoeducación. El arte constituye una ayuda en el camino de la autoeducación, y la formación interior, a su vez, es un requisito previo para la práctica viva de las artes. Esto ya está expresado en las facultades del conocimiento superior: imaginación, inspiración e intuición. No es gratuito que Rudolf Steiner describiese el desarrollo de la Antroposofía como un proceso de tres pasos: comienza como ciencia, vivifica las ideas a través del arte, y conduce a la intimidad religiosa, o bien a una forma del arte social.

 Formas técnicas y formas orgánicas

Sin embargo, en nuestros tiempos, tal y como Rudolf Steiner esbozó en una conferencia del 28 de diciembre de 1914 (GA 275), el arte también tiene otro significado para el ser humano. En la era de la mecanización y la digitalización, las formas de una obra de arte, a diferencia de las formas técnicas y diseños útiles característicos para la vida cotidiana, permiten una experiencia viva que pone el alma en movimiento. Surge una nueva obra de arte cuando la forma creada por el artista se encuentra con el movimiento vivo con el que el espectador vuelve a construir la forma interiormente. Si logramos dirigir la atención a este «inicio» de la actividad creadora que se produce entre el creador y el contemplador de la obra de arte, también nos será posible iniciar un intercambio de las experiencias hechas con las formas externas e internas.

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